domingo, 23 de octubre de 2011

Julio César, por William Shakespeare



 Su lectura me entusiasmó desde un principio . En el  prólogo del libro leí que Shakespeare había aprovechado esta obra para arremeter, solapadamente,  contra la tiranía del poder absoluto;  en el drama   encarnado por César; y en la realidad y momento del escritor, por los Tudor.Lejos de lo que el título  puede hacer pensar, los verdaderos protagonistas me parecieron Marco Antonio, Casio y, más que todos, Bruto.

El dramaturgo inglés supo plasmar  el grave dilema de Bruto; quien ve enfrentados sus sentimientos hacia   César con su adhesión a la República. Régimen que tiene en César un peligro cierto. Porque muerto Pompeyo,   sus  recientísimos logros en las colonias y la positiva predisposición del pueblo romano hacia él, pueden ser  aprovechados por éste para ceñirse la corona y erigirse en monarca absoluto de Roma. Estas fueron las razones utilizadas por  Casio, inteligentísimo y ladino personaje, para urdir la maquinación que acabaría con Julio César. Conjura consistente en asesinarlo mediante su apuñalamiento por todos y cada uno de los conjurados. ¡Veintitrés heridas fueron inferidas al insigne patricio! Las mismas, según Shakespeare, del número de los conjurados. Todos debían estar manchados con la sangre de César.  14 de diciembre de 1996.